Identifica el tipo de acabado
Lo primero que debes hacer es conocer el acabado que tienen los muebles. Existen cuatro tipos: sin sellar, barniz, cera y pintura. Los acabados sin sellar y de barniz son sensibles al agua y debes limpiarlos con un trapo húmedo; nunca aplicando el producto directamente. El acabado en cera requiere un jabón especial para madera, mientras que el de pintura es el más sencillo y puedes limpiarlo con una solución con detergente líquido.
¡Cuídala del sol!
La madera es sensible al sol y al calor, por lo que una exposición larga hará que pierda su color y brillo. Además, de resecarse, lo que puede significar en griegas. Así mismo, debes cuidarla del agua, especialmente la humedad, ya que hará que se deforme y eche a perder. Si tus muebles estarán al aire libre, asegúrate de cubrirlos con un protector especial para exteriores y limpiarlos constantemente.
Limpia, limpia, limpia
Aunque no lo parezca, la madera acumula polvo y suciedad todos los días. Si quieres mantener su brillo, se debe limpiar todos los días. Se recomienda usar un trapo húmedo y el líquido adecuado para el tipo de acabado que tienes. Si quieres sacar brillo, puedes hacerlo con una cera especial pero siempre después quitar el polvo y esté completamente seca. Y, si tus muebles son antiguos, aquí te compartimos tips de cómo cuidarlos.
Dile no a los vasos calientes
Si piensas colocar tazas o vaso calientes sobre tu mesa, utiliza porta-vasos que protejan la superficie y no la manchen. Este sencillo consejo puede ser la diferencia entre una marca en tu mueble o no.
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